A continuación, conoce sus causas y los factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de su aparición en niños y adolescentes.
La
diabetes mellitus es una enfermedad que causa que el
organismo no sea capaz de regular la cantidad de azúcar en la sangre, debido a que la producción de la
insulina -hormona producida por el
páncreas para controlar el nivel de azúcar-, es insuficiente o hay resistencia a esta.
Esta enfermedad se puede dividir en dos tipos:
diabetes mellitus tipo 1 y tipo 2. En este contexto, el equipo de
endocrinología infantil de CLC explica sus diferencias: “La
diabetes tipo 1 es una
enfermedad autoinmune que hace que el propio cuerpo comience a destruir las células productoras de insulina del
páncreas, este tipo de diabetes tiene una predisposición
genética que también puede estar asociada a un desencadenante ambiental que inicia esta
respuesta autoinmune destructora de las células beta del páncreas. En cambio, la
diabetes tipo 2, si bien tiene un componente genético familiar, está íntimamente relacionada con la
obesidad, la
insulino resistencia, el
sedentarismo y los
malos hábitos alimentarios”.
Los expertos indican que en la población infantil la
diabetes más frecuente es la del
tipo 1 -o insulino dependiente- con una incidencia alrededor de
entre 10 y 20 casos por 100.000 menores de 15 años. “Si bien se puede presentar a cualquier edad, antes aparecía principalmente en edad escolar, pero actualmente las edades han ido disminuyendo y tenemos pacientes desde poco más de un año de vida con esta enfermedad. A pesar de que la
diabetes mellitus 1 es la más común en niños, la
diabetes tipo 2 -o no insulino dependiente ha ido en alza, asociado a mayores tasas de obesidad principalmente en adolescentes”.
Por esta razón, se debe estar atento a los siguientes
síntomas que podrían asociarse a un posible caso de diabetes infantil:
- Poliuria -orinar mucho-.
- Polidipsia -tomar mucha agua-.
- Baja de peso.
Ante estos síntomas, se recomienda
consultar con un médico para realizar los exámenes correspondientes para descartar o confirmar la patología y posteriormente seguir el
tratamiento adecuado según el tipo de diabetes.
La línea de tratamiento se definirá a partir del
tipo de diabetes que afecte al paciente. En el caso de la
diabetes tipo 1, es fundamental el
uso de insulina debido a que el
páncreas no la está produciendo. Por otro lado, en la
diabetes tipo 2, se usan fármacos o insulina dependiendo de cada caso. En ambos es de suma importancia realizar cambios hacia un estilo de vida más saludable, con
alimentación sana y
realizando ejercicio de manera regular para así reducir otras complicaciones asociadas a la enfermedad.