La parálisis cerebral es causada por un desarrollo anormal o daño al cerebro que puede ocurrir durante el embarazo, parto o después del nacimiento. Se define como un grupo de trastornos que ocasionan problemas en el movimiento, el equilibrio, la postura y el tono muscular, siendo la discapacidad motora, la más frecuentes en niños.
“Es una patología eminentemente motora en donde se produce una lesión en
la vía piramidal -que es la vía de la neurona que va desde la corteza y baja hasta la médula-. Es una
lesión que no es progresiva, es decir, no se agrava con el tiempo, y que se produce habitualmente durante un periodo de rápido crecimiento del cerebro”, explica el
Dr. Gustavo Mallea, neurólogo infantil de CLC.
Factores de riesgo:
Durante el
embarazo, están relacionados principalmente a:
- Infecciones intrauterinas.
- Síndrome de TORCH (grupo de enfermedades que se transmiten de la madre al bebé durante la gestación).
- Malformaciones a nivel cerebral.
- Asfixia durante el parto.
Por otro lado, en niños ya nacidos puede presentarse a causa de:
- Hiperbilirrubinemia.
- Encefalopatía hipóxico-isquémica.
- Infecciones como meningoencefalitis.
- Lesiones o accidentes que puedan causar daño cerebral, como por ejemplo TEC o accidentes por inmersión (ahogamiento en playa, piscina, etc).
Tipos de parálisis cerebrales
El doctor Mallea explica que la
parálisis cerebral puede dividirse en:
Espástica: caracterizada por un aumento del tono muscular lo que condiciona una paresia, que es la dificultad en el movimiento. Se subdivide en:
- Hemiplejia: parálisis total o parcial del lado izquierdo o derecho del cuerpo.
- Diplejía espástica: afecta las extremidades inferiores y que es característica en prematuros.
- Cuadriplejia o tetraparesia: pérdida de movimiento en las cuatro extremidades.
- Hemiplejia doble: las cuatro extremidades están afectadas, sin embargo, hay un lado del cuerpo más afectado.
Extrapiramidal: se determina por movimientos anormales, tales como coreas - movimientos involuntarios repetitivos, breves, irregulares-, atetosis -movimientos involuntarios lentos y de contorsión-, balismo y acompañado tono muscular alterado.
Cerebral mixta: se identifican características espásticas y extrapiramidales.
Parálisis atáxica: se presentan alteraciones en el movimiento, coordinación e hipotonía -disminución del tono muscular-.
Diagnóstico y tratamiento
Los signos pueden identificarse en los primeros meses de vida, sin embargo, también pueden aparecer tardíamente. La principal señal de este trastorno es el retraso en el desarrollo del niño, en el que acciones como gatear, darse la vuelta o caminar no se logran o tienen mucha dificultad, además de anomalías del tono muscular.
Si bien no tienen cura, una vez que se produce la lesión esta no progresa a lo largo del tiempo. Los tratamientos se enfocan principalmente en mejorar la calidad de vida del paciente a través de terapias físicas y, en algunos casos, se complementa con medicamentos y/o cirugías.