El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una de las consultas más frecuentes en neurología infantil y se caracteriza por niños con dificultad para concentrarse o mantenerse tranquilos.
Desde el equipo de
Neurología Infantil de Clínica Las Condes, explican que TDAH, “es un
trastorno crónico que se traduce una alteración del neurodesarrollo. Es un cuadro de consulta frecuente para los neurólogos infantiles”.
Asimismo, indican que sus particularidades “resultan de la interacción del niño y sus características propias con el ambiente, por consiguiente,
es muchísimo más amplio que la dificultad en el control de la atención sostenida o de la regulación de la actividad motora”.
Las dificultades se producen por un
déficit relativo de dopamina a nivel del lóbulo frontal y sus conexiones relacionadas, lo que interfiere con el procesamiento de los estímulos generando respuestas no acordes a lo esperado. Esto incide tanto en lo académico, como también sus relaciones sociales.
¿Cuáles son los principales síntomas?
- Dificultad para concentrarse, sobre todo en tareas que resultan tediosas.
- Dificultad para mantenerse tranquilo (quieto).
- Impulsividad, que tiene relación a no poder esperar por algún evento.
En el TDAH como trastorno más generalizado, pueden existir alteraciones en las funciones ejecutivas que generan una variación en la autorregulación y así dificultades en las relaciones sociales. Por ejemplo, puede haber problemas:
- En la planificación.
- En la inhibición de respuestas: respuestas que resultan inapropiadas.
- En la memoria de trabajo: capacidad de mantener en mente elementos que requerimos para realizar una función mientras la estamos ejecutando.
- En la flexibilidad: capacidad de cambio de estrategia.
- En el sentido del tiempo.
Además, agregan los especialistas que “en términos prácticos podemos ver bajas calificaciones y dificultades del aprendizaje, aunque exista un buen nivel intelectual. También presentan dificultades para seguir reglas, para obedecer, tienden a molestar a otros, hay falta de motivación, ente otros”.
Causas del TDAH
El TDAH es de origen principalmente genético (75% aproximadamente), aunque también existen algunos factores de riesgo como:
- Exposición a toxinas ambientales.
- Consumo de drogas, alcohol o tabaquismo materno durante el embarazo.
- Parto prematuro.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico es clínico. Si bien existen test para evaluar inatención o hiperactividad/impulsividad, se basa en los criterios descritos en el DSM-5 (Manual de diagnóstico y clasificación categorial de los trastornos mentales).
Entre los criterios de inatención destacan los siguientes comportamientos:
- Dificultad para prestar atención a los detalles.
- Dificultad para mantener la atención.
- Problemas para seguir instrucciones.
- Dificultad para organizarse.
Entre los criterios de hiperactividad/impulsividad destacan los siguientes comportamientos:
- Se para cuando se espera que esté sentado.
- Corretea cuando no es apropiado.
- Habla en exceso.
- Le es difícil esperar su turno.
¿Cuál es el tratamiento?
En el colegio el niño debe ser guiado y acompañado en su quehacer diario, hay que monitorear su actividad de forma frecuente y reforzar los pasos a seguir planificando el desarrollo de la actividad. Se le debe dar tiempo extra si eso es necesario, para terminar pruebas y tareas en clases, además de entregar refuerzos positivos, indicar reglas claras a la vista y enfatizar el autocontrol.
Por otro lado, también debe recibir apoyo psicopedagógico y que se le entreguen herramientas para aprender a estudiar de la forma que al niño le sea más fácil.
También está la terapia farmacológica. En niños el medicamento más usado es el metilfenidato que es un psicoestimulante que produce un bloqueo en la recaptura de dopamina a nivel de los circuitos prefrontales que genera que este déficit relativo de dopamina disminuya y aumente la atención.