Estudio británico señala que la influencia de los hábitos de los padres puede llegar al 60%.
Tener
sobrepeso o ser obeso no sólo influye en tu calidad de vida, sino también en la de tus hijos. De acuerdo a un reciente estudio realizado por la Universidad de Sussex, en Reino Unido, alrededor del 40% del
Índice de Masa Corporal (IMC) se hereda de los padres. Si a ello se le suma el ambiente familiar que se forma por los hábitos de los padres, la influencia puede llegar a 60%.
El estudio utilizó datos de estatura y peso de 100 mil niños y sus padres, de seis países (Reino Unido, EEUU, China, Indonesia, España y México), y determinó que independiente del nivel socioeconómico y la cultura del país, la obesidad se transmite por algo
genético y se incrementa por los
malos hábitos alimenticios de los padres.
“Existe un aumento del riesgo de obesidad en niños, con padres obesos. Comer sano comienza en el seno de la familia. Por lo tanto, si los padres bajan de peso, significa que el niño se va a desarrollar en un ambiente con estilo de vida saludable”, sostiene el doctor
Ricardo Funke, cirujano del Centro de Nutrición y Bariátrica de Clínica Las Condes .
Por otro lado, la
obesidad durante el embarazo se asocia a un aumento en la incidencia de diabetes gestacional, macrosomia fetal, parto prematuro, malformaciones fetales e hipertensión del embarazo, “por lo que importante iniciar el embarazo con normopeso”, sostiene el especialista.
No todo es culpa de la genética, pues un gran porcentaje sí puede modificarse con hábitos saludables, como una buena dieta y hacer ejercicio a diario, dice la doctora
Ximena Raimann, nutrióloga infantil de la Clínica Las Condes.
“Sabemos que la obesidad depende de muchos factores; entre ellos, el genético. Pero también hay que saber que la genética no nos condena”, dice. Cuando un niño es gordo y sus padres también, hay que hacer una intervención familiar. “No podemos pedirle cambios sólo al niño, sino que a toda la familia. Porque quienes alimentan a ese niño son los padres, los abuelos u otro adulto”, explica la nutrióloga.
“Si los hijos crecen en un ambiente con exceso de comida, poca actividad física, por supuesto que van a adquirir estos hábitos. En la experiencia clínica, vemos que al
cambiar conductas hacia un estilo de vida saludable, esto impacta de manera positiva en sus hijos”, agrega el doctor Funke.