Con prevención, identificación precoz y evaluación minuciosa obtendrás el tratamiento necesario para que tu hijo supere el asma.
"Es un hecho reconocido que
las alergias en general, y el asma bronquial en particular, están en aumento en todo el mundo y que en Chile se han duplicado en la última década. La causa precisa aún se desconoce pero, probablemente, está muy relacionada con múltiples factores genéticos y ambientales que empiezan a actuar incluso durante la gestación”, comenta el
especialista broncopulmonar infantil de Clínica Las Condes, doctor Óscar Fielbaum.
Es por ello que los principales centros de salud del mundo están implementando
programas de prevención y manejo precoz de los problemas alérgicos, con medidas aplicables desde el embarazo y los primeros años de vida.
Estos programas están especialmente destinados a padres con alto riesgo de tener hijos alérgicos. “
Cuando ambos progenitores tienen alergias, la posibilidad de que el hijo pueda heredarlas es de 60%. Los hijos de estas parejas, que tienen bronquitis obstructivas frecuentes o severas por el conocido
Virus Respiratorio Sincicial, tienen un alto riesgo de desarrollar asma y se pueden identificar precozmente con exámenes para detectar alergias entre los 2 y 3 años y pruebas de función pulmonar entre los 3 y 5 años”, señala el especialista.
¿Qué es el asma?
El asma es un trastorno que afecta a los bronquios y pulmones y que hace que una persona
tenga dificultades para respirar.
Cuando respiramos normalmente, el aire entra por la nariz o por la boca y después baja por la tráquea y los bronquios hasta llegar a los pulmones, desde donde es expulsado de nuevo al exterior. Pero las personas que padecen asma
tienen una propensión a que se inflamen sus vías respiratorias. Es decir, a que se hinchen y produzcan grandes cantidades de una mucosidad muy densa. También son extremadamente sensibles o hiperreactivas a ciertos factores, como los
virus respiratorios, el ejercicio físico, el polvo o el humo de los cigarrillos.
Esta hiperreactividad hace que los músculos lisos que recubren las vías respiratorias se tensen y se contraigan. La combinación de la inflamación de las vías respiratorias y la contracción de los músculos que las recubren provoca un estrechamiento de dichas vías que dificulta el paso del aire.
Cuando alguien tiene una crisis asmática puede
toser, tener sibilancias, faltarle el aliento y sentir una fuerte opresión en el pecho. Muchas personas con asma la comparan con la sensación de intentar respirar a través de una bombilla: cuesta muchísimo hacer llegar el aire a los pulmones y expulsarlo al exterior. Otras lo describen como la sensación de que les falta el aliento. Por otra parte, con este trastorno puede que sólo tosan por la noche o mientras hacen ejercicio y que nunca tengan una crisis perceptible.
Bajo control
En primavera, la alergia a los pólenes produce
síntomas de rinitis y asma especialmente entre los escolares y adolescentes. Muchos de ellos pueden tener
Asma de Ejercicio (habitualmente en la clase de educación física) que produce tos, sensación de pecho apretado y ahogo o sibilancias (ruido al respirar semejante a un silbido). Estas sibilancias también pueden presentarse en forma espontánea en el día o la noche.
“La presencia de asma de ejercicio, sibilancias espontáneas en la noche o más de dos veces por semana durante el día, crisis obstructivas que duran varios días, el haber tenido que consultar en urgencia o requerido hospitalización por una crisis severa, indican que la alergia y el asma no están bien controlados”, explica. El asma no controlado o parcialmente controlado siempre requiere de la evaluación de un especialista, la realización de pruebas de función pulmonar y un control periódico.
“En este centro nuestros pacientes encontrarán un manejo integral de las alergias y el asma, incluyendo
prevención, identificación precoz y evaluación para recibir un tratamiento óptimo con la entrega de guías para sus padres y pediatras”, concluye.
¿Cómo se trata el asma?
El asma no se puede curar definitivamente pero, generalmente,
se pueden controlar y prevenir las crisis, para llevar una vida enteramente normal. Pero cada caso se trata de forma diferente, pues tanto la gravedad del asma como lo que la desencadena, en cada persona es diferente. De ahí la importancia de un diagnóstico certero y el rol del Centro de Enfermedades Respiratorias Infantil.