Especialistas CLC: "Uno de cada dos de nuestros hijos tendrá cáncer"

Existe una molécula que le quita el disfraz al cáncer y, así, el sistema inmunológico puede atacarlo. Sin embargo, el llamado de los expertos es a prevenir.


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Fuente: La Tercera.

¿Qué ha ocurrido con las nuevas terapias?
La oncología es otro mundo después de un evento que ocurrió en 2001, que es el Proyecto del Genoma Humano. Se hicieron esfuerzos transnacionales (Estados Unidos y Europa) para entender cómo funciona una célula. Tenía que terminar en 2009, pero concluyó en 2001.

¿Qué se aprendió de las células?
Que en la célula normal había mucho menos mensajes de lo que esperábamos. Menos genes que participan en la regulación de una célula. Nosotros estimábamos que podrían ser alrededor de 100.000 y fueron menos de 30.000. Por lo tanto, la célula no era tan, tan compleja como habíamos anticipado. Eso no significa que la historia ha terminado, sino que es como tener 30.000 piezas del puzzle para armar.

Esos genes pueden expresarse (activarse) y luego se manifiesta un cáncer... Pueden expresarse o relacionarse con otro gen. Por lo tanto, la realidad era mucho más compleja de lo que creíamos. Nosotros pensábamos linealmente: 'Este gen produce esta proteína, y esta proteína suerte este otro efecto'. Pero lo que no pensábamos es que ese gen se relacionara con este, con este y con este otro gen.

Fue una gran sorpresa. Es un universo de pensamiento no lineal; es un universo absolutamente interrelacionado. No teníamos tecnología ni capacidad bioestadística para analizar 30.000 señales en interrelacion; pero esa tecnología ya llegó para quedarse.

¿Big data para los genes?
Exactamente. Tenemos tecnología que nos permite analizar en contexto miles de señales. Curiosamente, usamos para ello la tecnología que usan los astrónomos.

¿La que usan para ver las estrellas?
Claro, para mirar el universo y para ver un poco colores e interrelaciones. En los platillos genómicos, hoy en día, teñimos del color que queramos una señal específica: un gen A verde, un gen B rojo, y así. Podemos ver el genoma de un paciente que viene a consultar, podemos ver que el tumor del paciente es propio, es único, es individual. Así, estoy tratando a un paciente con las características propias de su enfermedad, y no un 'cáncer de mama'. No sé si me explico. Es un cáncer de mama pero suyo, no es el mismo que tiene la madre o el vecino. ¿Qué señales potentes permitieron generar ese cáncer? Eso podemos saberlo y sabemos cómo usar moléculas que ataque a esa señal.

¿En qué consiste la terapia génica?
Exactamente. Ahora, ¿qué ocurrió en paralelo? Gente que se dedica a la investigación en serio y mucho más inteligente que el que está hablando, miraba con expectativa todo esto. Para ellos también tenían su plan B. Su plan fue fascinante. Dijeron 'que bueno que hagan todo esto, qué bien que desarrollen moléculas y genes. Por ahí va la cosa. Pero nosotros vamos a ir en paralelo; vamos a usar al sistema inmunológico contra el cáncer'. Eso es algo que nosotros habíamos perseguido por décadas.

Investigué en esa área alrededor de diez años en el National Cancer Institute (NCI) de Estados Unidos y abandoné el camino, porque dije 'por aquí no hay nada'. Me interesaba ver cómo el sistema inmune podía usarse como herramienta. Y bueno, abandoné porque el tratamiento que utilizábamos era hipertóxico. Quedamos con la sensación de que el sistema inmunológico de un paciente no ataca al cáncer porque el cáncer es propio, son las propias células, pero sí ataca una tuberculosis.

Porque es extraña al cuerpo
Eso creíamos. Pero la gente que se dedicó en serio a esto era más escéptica. Se dio cuenta que el sistema inmunológico no ataca al cáncer porque el cáncer tiene señales en su membrana; tiene proteínas, como antenas, expuestas de tal forma que cuando llega una célula inmunológica, hay una comunicación entre antenas igual que dos caracoles: esas señales del cáncer le dicen al mismo inmunológico "yo soy de la casa, déjame tranquilo". Esas señales empezaron hoy en día a entenderse. Tenemos moléculas que borran esas señales del cáncer. Le sacamos el halo de invisibilidad y así el sistema inmune lo ataca.

¿En qué tipo de cáncer se hizo este descubrimiento?
En los más difíciles de tratar: en los piel agresivo, que es el melanoma. En esta avanzada, la quimioterapia ya no sirve, la radioterapia y la cirugía no sirven. En 2012 o 2013 hubo una primera familia de moléculas que fue bastanta tóxica. Se llamaba ipilumumab. Se avanzó a una segunda etapa, en la que tenemos el nibolumab, entre otros. Esa segunda familia de moléculas es mucho más eficiente y menos tóxica.
 

Preocupados por la Prevención

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Tabaco, obesidad y sedentarismo son tres factores que se deben combatir como una estrategia de país. Así se evita llegar al cáncer avanzado.

 
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