Es una patología que ha ido en aumento, al igual que el cáncer de páncreas. El principal problema es que no produce síntoma hasta que ya está bastante avanzada y requiere de cirugías de alta complejidad para su tratamiento.
Las enfermedades del hígado y páncreas son de alta complejidad y más comunes de lo que se piensa. Se estima que cerca del 20% de la población adulta sufre de hígado graso, condición que hace que este órgano se inflame, pero pocos saben que la padecen porque se trata de una enfermedad silenciosa que demora varios años en evidenciar algún síntoma.
¿Qué es el hígado graso?
Es la acumulación de grasa entre las células del hígado y hace que éste se inflame. Esta alteración puede ser producida por las dietas ricas en grasa, azúcares, carbohidratos, el alcohol y el avance de la edad.
“Cuando esta enfermedad no se trata adecuadamente, puede derivar hasta en cirrosis hepática y aparición de tumores malignos. De hecho, la principal causa de trasplantes de hígado en Estados Unidos, y ahora también en Chile, es la cirrosis como consecuencia del
hígado graso denominado NASH (esteatohepatitis no alchólica). Esta causa desplazó a la tradicional cirrosis alcohólica y a las hepatitis crónicas por virus B y C”, explica el
doctor Nicolás Jarufe, cirujano digestivo de Clínica Las Condes.
Por otra parte, el cáncer de páncreas ha tenido un aumento sostenido en incidencia y mortalidad en el mundo, incluido nuestro país. “Además, existen otras alteraciones en el páncreas como los quistes que, si bien la gran mayoría son benignos y no tienen mayor importancia, hay otros que pueden tener riesgo de transformación maligna y, por lo tanto, se deben controlar periódicamente o incluso pueden tener indicación de cirugía inmediata. Por eso, es importante que ante el hallazgo de un quiste en el páncreas o cualquier otra alteración, aunque sea asintomática, se realice una evaluación inicial por un especialista”, agrega el doctor Jarufe.
Factores de riesgo de cáncer de páncreas:
- Tabaco.
- Alcohol.
- Obesidad.
- Sedentarismo.
Síntomas de alerta
Las enfermedades del hígado son en general muy asintomáticas y no dan manifestaciones hasta que se encuentran en etapas más avanzadas. Algunos
síntomas a los que se debe poner atención son:
- Aparición de ictericia (coloración amarilla de la piel y los ojos).
- Orina oscura (coluria)
- Líquido en el abdomen.
- Sangramientos digestivos.
- Alteración de la conciencia y coma hepático, en etapas más avanzadas.
Cómo enfrentar la enfermedad
Las alternativas de tratamiento para este tipo de enfermedades varían caso a caso. Por eso, explica el doctor Jarufe, para elegir la opción correcta es fundamental que los pacientes sean evaluados en centros altamente especializados que cuenten todo los recursos y un equipo multidisciplinario compuesto por gastroenterólogos, cirujanos, radiólogos y oncólogos, entre otros especialistas, que permita efectuar el diagnóstico y tratamiento adecuados.
“Dentro de los recursos se debe contar con profesionales altamente calificados e infraestructura que permita realizar procedimientos desde la cirugía estándar hasta la mínimamente invasiva y el trasplante”, comenta el doctor Jarufe.
Medidas de prevención
Actualmente no existe un tratamiento farmacológico para el hígado graso, por lo que manejar los factores de riesgo es fundamental:
- Controla la insulinorresistencia.
- Bajar de peso.
- Llevar una dieta baja en grasas saturadas, carbohidratos y azúcares refinados.
- Hacer ejercicio regular, idealmente aeróbico, al menos de 30 a 60 minutos, tres a cinco veces por semana.