Una de cada cinco personas tendrá una hernia en su vida, y el único tratamiento es la cirugía. Hoy, esa intervención se puede hacer de manera ambulatoria y con técnicas mínimamente invasivas. ¿Beneficios? Menos estadía hospitalaria y una recuperación más rápida.
La diferencia entre una cirugía de
hernia abdominal hecha electivamente y una realizada de emergencia es la
posibilidad de poner una malla, es decir,
una prótesis que reduce a 0,5% la posibilidad de que vuelva a aparecer. Y si se tiene en cuenta que
este tipo de operación es la tercera más frecuente en Chile (25.000 anualmente) y que una de cada cinco personas tendrá alguna hernia en su vida, ese 0,5% resulta inmejorable.
Una aclaración:
una hernia indica que hay un defecto, un orificio por el cual salen tejidos desde el abdomen hacia el exterior. Y ese orificio puede ser
natural -una pared abdominal no se cerró del todo y con el tiempo fue ampliándose- o debido a un
debilitamiento de una zona de la pared.
¿Las causas? “Hay una mezcla de factores, pero se debe a un
aumento de la presión intraabdominal. Por ejemplo,
en las embarazadas se ve con mayor frecuencia la hernia umbilical (aparece alrededor del ombligo)”, explica el
cirujano José Antonio Giordano. En el caso de la
inguinal -de mayor ocurrencia en los hombres-, se debe a que
el conducto que permite la salida del testículo (durante el período de gestación los testículos están dentro del abdomen)
no se cierra, por lo que queda un orificio que permite la salida de tejidos. Esta situación se da en los niños.
En los adultos, en cambio, se debe a que la pared ha perdido su consistencia, es más laxa, más blanda.
El Jefe de Cirugía Adultos de Clínica Las Condes, Doctor Fernando Maluenda concluye, “Les da más a los hombres que a las mujeres, y de todas las edades. Porque los hombres son más propensos a tener una debilidad a lo largo del canal inguinal por la forma en los varones se desarrollan antes del nacimiento”.
Síntomas
En cuanto a los síntomas, los especialistas comentan que “el principal síntoma es una
molestia, la percepción de que ahí hay algo. A veces, también,
se puede producir un dolor muy intenso si está estrangulada. Pero muchas personas pueden tener hernia y no tener molestias”, agregan. ¿Cómo saber si uno tiene una hernia? “
Porque se pueden ver. Al mirarse a un espejo, se puede ver que hay una asimetría o que el ombligo es más grande de lo habitual o se nota una protuberancia”, dice el doctor Giordano.
Ahora,
no todas se ven, y esas habitualmente no se pesquisan, porque tampoco causan molestia. Sin embargo,
ese grupo de personas tiene un riesgo mayor: muchas veces se los debe operar de urgencia, debido a que presentan complicaciones graves, como estrangulación del intestino en la hernia.
Exámenes
La hernia inguinal se ve con el
examen físico del médico y, sólo como complementario, se pide una ecografía de partes blandas de la región inguinal.
“La ecografía sólo es un examen complementario. Lo que verdaderamente importa es el examen clínico que hace el médico durante la consulta. Éste, probablemente te preguntará acerca de tus signos y síntomas para verificar si hay una
protuberancia en el área de la ingle, te examinará esa zona y corroborará el diagnóstico. Debido a que estar de pie y generar aumento de la presión intrabdominal puede hacer que una hernia sea más prominente, se le puede pedir ponerse de pie y toser, o pujar como parte del examen”, explica el Jefe de Cirugía Adultos de Clínica Las Condes, Doctor Fernando Maluenda.
Por lo general, es posible ver o sentir una protuberancia en la zona donde se ha producido una hernia por examen físico. Parte del examen físico típico de un hombre incluye al médico sentir el área alrededor de los testículos y la ingle, mientras al paciente se le pide que tosa. En algunos casos, las imágenes de los tejidos blandos como una ecotomografía permiten diagnosticar con exactitud la condición.
“Una hernia inguinal no es necesariamente peligrosa por sí misma, sin embargo, puede conducir a complicaciones potencialmente mortales. No se mejora en forma espontánea, por esta razón, el médico recomienda una cirugía para reparar una hernia inguinal que ha ido creciendo o que es dolorosa. La reparación de la hernia inguinal o herniorrafía es un procedimiento quirúrgico común”, explica el Doctor Maluenda.
Cirugía mínimamente invasiva
El único tratamiento es la cirugía. No hay otro. Y esa intervención, idealmente, debe ser realizada cuando aún no se han producido problemas mayores. “
Cuando se pesquisa, se debe operar, porque así se evita que los pacientes tengan molestias más adelante o complicaciones graves”, precisan los especialistas.
La diferencia entre ambas situaciones es sustancial: “El problema es que
cuando hay isquemia (detención o disminución de la circulación de sangre a través de las arterias de una determinada zona) o
estrangulación del intestino, no se puede hacer la cirugía completa, es decir,
no se puede poner la malla, porque aumenta el riesgo de infección”, explica el doctor Giordano. Y esto no es menor; con malla, el riesgo de que reaparezca una hernia es del orden de una cada 200 personas, lo que significa el 0,5%, y sin malla, aumenta a un 5%.
Actualmente, existen dos formas de operar una hernia. La primera es la llamada técnica abierta o antigua, que implica una incisión, al menos dos días de hospitalización y un período de recuperación de alrededor de 30 días. La segunda es la
técnica mínimamente invasiva, que se realiza en
los nuevos pabellones de Clínica Las Condes y que se puede hacer con laparoscopía o con robot. Y si bien ambas técnicas se realizan en CLC,
la segunda tiene la ventaja de requerir menos estadía y tiene un reintegro precoz a las actividades deportivas o laborales. “Normalmente, una cirugía de hernia implica estar un mes sin actividad deportiva, pero con la técnica laparoscópica, aproximadamente a las dos semanas puede empezar a practicar deporte. La restricción es realizar menos fuerza y actividades muy intensas durante las primeras dos semanas”, detalla.
Esta cirugía mínimamente invasiva, es una noche de hospitalización. A la semana siguiente, o incluso al quinto día, ya se puede retornar la vida habitual. La actividad física se puede hacer en los próximos 14 días, recomienda el Doctor Fernando Maluenda.
Reserva una hora con nuestros especialistas, quienes te examinarán y ofrecerán una opción de tratamiento a tu alcance. Hazlo clickeando en nuestro banner de reserva.