La brusca aceleración y disminución del ritmo del corazón pueden ser señal de una patología que debe evaluarse.
Una persona normalmente no siente cómo late su corazón, a no ser que un susto, el enojo o la actividad deportiva hagan que se acelere, o por un mareo o cansancio sientan que disminuye su ritmo. Pero si esto ocurre de manera brusca y frecuente, y no por una emoción o deporte, puede significar que estás frente a una
taquicardia o arritmia.
La doctora
Marianella Seguel, cardióloga de Clínica Las Condes, explica que en ocasiones los síntomas son benignos (como las extrasistolia ventricular), pero si te sientes ahogado o te duele el pecho, hay que
consultar al médico.
Lo primero que recomendará para hacer su diagnóstico será un
electrocardiograma, examen que registra el
ritmo cardíaco en reposo, sin embargo, si la alteración no aparece, puede ser necesario un
Holter de ritmo (que registra las 24 horas) o un
loop electrocardiograma (Loop-ECG), que puede hacer el registro por varias semanas, de manera de detectar las alteraciones que son menos frecuentes.
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Todos estos exámenes tratan de registrar qué arritmia tiene. Luego del examen más básico (electrocardiograma) se determina si es necesario un Holter o loop”, señala la especialista.
Antecedentes de cardiopatía
Para quienes tienen
antecedentes de familiares con patologías cardíacas o muerte súbita, y quieren comenzar a hacer ejercicio,
lo primero que deben hacer es ir al médico, señala la doctora Seguel.
En términos generales, para una persona sin estos antecedentes, se recomienda realizar una
evaluación física con un médico general o un cardiólogo infantil en el caso de los niños, para conversar sobre los síntomas, como desmayo y si hay síntomas o antecedentes de muerte súbita o cardiopatía.
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Si el deporte es competitivo siempre es necesario, y pasados los 40 años sería mejor evaluarse para ver el
estado del corazón y si hay patologías”, indica.