Tienen similares capacidades motoras que niños sin el síndrome.
El
deporte contribuye no sólo a la buena salud, también al bienestar psicológico y a la integración, de ahí que se recomienda practicarlo a toda edad, siendo primordial en la infancia.
En el caso de los niños con
Síndrome de Down valen las mismas indicaciones de cualquier niño de su edad, dice la kinesióloga
Cecilia Hervias, especialista de Clínica Las Condes. “Su manejo desde el punto de vista motor es el mismo que con cualquier niño”, asegura.
“Anteriormente no eran incentivados a hacer deporte, actualmente
el enfoque de la rehabilitación de un niño con Síndrome de Down debe contemplar el deporte”, sostiene.
De acuerdo a la kinesióloga, el objetivo es que el niño se vea expuesto tempranamente a la actividad física. “Todos se someten a una estimulación temprana los primeros meses, primeros años de vida, y la idea es que esto se continúe en edades posteriores con algún tipo de actividad deportiva de carácter no competitivo”, dice.
Los niños con Síndrome de Down
se caracterizan por tener un tono muscular más bajo que un niño sin el síndrome, y además son
hiperlaxos, por lo tanto, el deporte tiene muchos beneficios en su sistema motor y somatosensorial.
En general, antes de comenzar con actividad física en cualquier niño debe ser evaluado por un médico, s
obre todo en niños con Síndrome de Down que tienen cardiopatías.
“Hay un alto porcentaje de niños con Síndrome de Down que tiene patologías congénitas que se resuelven en los primeros 2 ó 3 años, muchos de ellos son operados, por lo tanto, l
a supervisión frente a actividad física debe estar guiada por un profesional, generalmente su pediatra que hace controles cardiológicos periódicos. Hay que considerar que también tienen problemas de tiroides y eso también debe controlarse antes de comenzar una actividad física rigurosa”, asegura la especialista.