El papel del personal de enfermería en el diagnóstico de la hipertensión y posterior seguimiento del paciente es fundamental. En este sentido, las tareas propias de enfermería van desde la medición de la presión arterial, hasta el asesoramiento y seguimiento del paciente, ya sea en el cumplimiento del tratamiento farmacológico como los estilos de vida saludable, tales como mantener una dieta equilibrada y con bajo consumo de sodio, la realización de ejercicio, abundante ingesta de agua, evitar el consumo de cigarro y alcohol, entre otros.
Por su parte, el profesional de enfermería también realiza una importante labor de educación con el paciente, informándole en términos sencillos y claros sobre el curso de su enfermedad, qué factores influyen en su salud y la importancia que tiene el control de los mismos, aportando, a su vez, medidas para prevenir, optimizar o disminuir su nivel de riesgo cardiovascular, además de otros cuidados que precise el paciente según los problemas individuales detectados.
Considerando que las necesidades de salud son individuales y van cambiando a lo largo del tiempo, es fundamental asistir periódicamente a los controles, ya que de esta manera se puede prevenir y/o tratar oportunamente.