La toma de la presión arterial debería estar incluida en el examen físico en todo niño mayor de 3 años, por lo menos en los controles sanos o una vez por año.
Si uno de los padres es hipertenso, el riesgo del niño de serlo aumenta a un 15 a 20%, pero sí lo son ambos, el riesgo aumenta a un 50% o más. En estos casos la presión debería ser tomada en cada examen físico a cualquier edad.
Idéntica conducta debería tenerse en caso de historia de prematuridad extrema, enfermedad cardíaca o renal u otras enfermedades que se asocien con aumento de la presión arterial, como puede ser la enfermedad de Williams, esclerosis tuberosa, neurofibromatosis, entre otras.