Como resultado de una neuropatía (enfermedad de los nervios de la extremidad), la inervación de los huesos y las articulaciones no es normal. Esto puede provocar un trauma al caminar o con otras actividades diarias normales, ya que se acumula la presión en pequeñas áreas del pie dando lugar para lesiones o fracturas por estrés. Este último es el mismo tipo de fractura que el atleta desarrolla. Sin embargo, un paciente con diabetes es incapaz de percibir el dolor con lo que la lesión empeora. Deformidades óseas muy importantes pueden ser el resultado de esta condición, llamada enfermedad de Charcot.
El aspecto más importante del tratamiento es limitar cualquier apoyo de peso, caminar y carga del pie y el tobillo hasta que el hueso haya cicatrizado. El objetivo del tratamiento es prevenir graves deformidades del pie.
El pie debe ser protegido cuidadosamente para prevenir las úlceras por presión en la piel a partir de deformidades óseas.
Se pueden utilizar zapatos especiales con diferentes tipos de insertos en su interior para distribuir mejor la presión sobre la superficie de apoyo.
El tratamiento depende de la gravedad de la deformidad ósea en el momento del diagnóstico. Algunos casos requieren cirugía inmediata y otros pueden ser tratados en una bota para descargar el pie, lo que puede tomar hasta un año para que el hueso sane.
La cirugía se realiza para eliminar o contrarrestar deformidades importantes y poder evitar otros problemas de la piel, con la consecuente seguidilla de problemas que presentan. Por ejemplo, los diabéticos, que con frecuencia pueden terminar en la amputación de su pie.