La enfermedad celíaca es una patología multiorgánica, de carácter crónica, autoinmune, que puede presentarse tanto en niños como adultos, afectando el intestino delgado en personas predispuestas genéticamente que ingieren gluten. Por esto, cada vez que una persona con esta enfermedad ingiere alimentos que contienen gluten, se desencadenan diferentes fenómenos inflamatorios en el intestino, lo que finalmente alterará la absorción de algunos nutrientes, pudiendo presentarse con manifestaciones digestivas y extradigestivas. Lamentablemente, éstas pueden ser bastante inespecíficas inicialmente y retardar así el diagnóstico. Se cree que existe un lapso aproximado entre 7 y 10 años desde el inicio de los síntomas y el diagnóstico. Se estima que cerca del 1% de la población mundial padece esta enfermedad, sin embargo, se sabe que hay un subdiagnóstico, existiendo un gran número de pacientes no diagnosticados.
Existen diversas clasificaciones, como, por ejemplo:
- Clásica, no clásica, potencial.
- Asintomática, sintomática, subclínica, refractaria.
Clínicamente, existe una gran variedad de manifestaciones, tanto digestivas como extradigestivas:
Manifestaciones Digestivas:
- Dolor y/o distensión abdominal
- Diarrea crónica/ constipación (menos frecuente)
- Náuseas, meteorismo
Manifestaciones extradigestivas:
- Retardo del crecimiento
- Anemia
- Irritabilidad
- Fatigabilidad
- Osteoporosis temprana
- Infertilidad
- Alteración de pruebas hepáticas
- Aftas bucales a repetición
- Entre otras
Esta variedad de manifestaciones clínicas se explica por la deficiencia nutricional dada por la mala absorción de los alimentos, producida por el daño de las vellosidades de la mucosa intestinal.
Las manifestaciones clínicas varían muchas veces de acuerdo a la edad del paciente. En la población infantil es más frecuente la presentación con diarrea crónica, esteatorrea (deposiciones con grasa), distensión abdominal recurrente, falta de apetito, vómitos, retraso en el crecimiento, malnutrición, laxitud e irritabilidad, pudiendo además cursar con anemia e hipoproteinemia.
En el niño mayor o adolescente puede incluso no haber síntomas digestivos, y se puede presentar como anemia ferropénica, constipación, dolor abdominal, retraso prepuberal, cefalea, irregularidad del tránsito intestinal. En la población adulta la presentación clínica también es muy diversa con manifestaciones como anemia, osteoporosis temprana, distensión abdominal, meteorismo y alteraciones del tránsito intestinal entre otras. (manifestaciones bastante inespecíficas).