Al nacer la cadera está hecha de cartílago blando que se endurece progresivamente a hueso. Durante este periodo la cabeza del fémur y la copa en la pelvis (acetábulo) funcionan como moldes uno para el otro de manera de dejar una superficie lisa de contacto. Si la cabeza femoral no está bien asentada en la pelvis, la copa no se forma regularmente alrededor de ésta y deja una falta de techo para el posterior apoyo del peso.
Al final del embarazo el espacio del útero se reduce empujando la pierna y, por lo tanto, puede sacar la cabeza del fémur del fondo del acetábulo. Los factores que pueden reducir el espacio en el útero son:
La displasia también es más frecuente en mujeres, en niños con alguna deformidad congénita del pie, o con antecedentes en la familia de displasia de cadera.
En la actualidad la norma ministerial dice que todos los niños de 3 meses de edad tienen derecho a una radiografía de pelvis para detectar una posible displasia de cadera en forma precoz.