Hipotiroidismo en el embarazo
Fatiga, lentitud en los movimientos, somnolencia, caída del cabello y cefaleas son algunos de los síntomas del hipotiroidismo, pero también se pueden confundir con las molestias que suelen tener muchas mujeres durante los primeros meses del embarazo. Por lo mismo, no es raro que las futuras madres asocien estos signos a una situación esperable y no se traten ni se lo manifiesten a su médico.
Debido a ello, los especialistas aconsejan que las gestantes más sensibles, como las poseedoras de antecedentes familiares de primer grado de enfermedad tiroidea (padres, hermanos o abuelos) o las que hayan sufrido algún trastorno en la infancia o adolescencia relacionado con esa glándula, se lo informe siempre a su obstetra. Eso, porque con el tratamiento adecuado se evitan problemas que puedan llegar a ser serios para el niño en gestación y para ellas mismas, como un trabajo de parto prematuro, retardo en el crecimiento del fetal, o mayor riesgo de trastornos metabólicos como sobrepeso o diabetes gestacional.
De todas maneras, muchas mujeres con hipotiroidismo no sufren mayores problemas porque la glándula logra suplir las necesidades de la hormona. Si falta, el organismo sobreexige a la glándula a través de la hormona tiroestimulante. Los síntomas aparecen cuando esta no tiene la capacidad de responder.
Cuando una mujer se embaraza, la demanda de hormona tiroidea es al menos 50% mayor, por lo que aquellas mujeres con una alteración incipiente de la función tiroidea van a presentar una respuesta insuficiente para los mayores requerimientos que genera el embarazo.
La hormona tiroidea es un activador de las células, que permite en el embarazo que los tejidos del embrión se desarrollen adecuadamente durante las primeras 2 semanas y también las células de la placenta, durante toda la gestación. Esto porque en los primeros tres meses, el embrión no tiene glándula tiroides, por lo tanto, depende exclusivamente de la hormona materna.
Por su parte, la placenta depende de la gestante hasta el nacimiento. Por eso, cuando una futura madre se encuentra hipotiroidea, su placenta envejece, problema grave que se acentúa al final del embarazo.
Síntomas del hipotiroidismo
• Lentitud de movimientos.
• Frío.
• Piel seca.
• Uñas quebradizas.
• Caída del cabello.
• Estreñimiento.
• Fatiga por realizar trabajos que antes se hacían sin problema.
• Tendencia a la depresión.
• Aumento de peso.
• Retención de líquido.
• Somnolencia o insomnio.
• Cefaleas.
• Dolores musculares.
• Déficit cognitivo y memoria.
• Edema.
• Lengua traposa y hablar dificultoso.
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