Mamitis aguda
La mayoría de los niños a partir de los seis años inicia su paso desde un pensamiento fantasioso y mágico a otro más realista y, en ese contexto, lo que en psicología se denomina como el complejo de Edipo (o Electra en las niñas), comienza a desaparecer.
Así, cuando son más chicos, se sientes capaces de competir con el papá por el amor de la mamá, hasta que llega una etapa en donde logran darse cuenta quiénes son en realidad y cuál es su rol en la familia.
Si siguen en el tiempo
Al entrar en esta nueva etapa de pensamiento más lógico (etapa escolar), las fantasías comienzan a quedar relegadas y los niños dejan de excluir al padre del mismo sexo de este “triángulo”. De hecho, pasan a imitar sus actitudes. Los niños siguen sintiendo un gran cariño por la mamá, pero ya pueden manifestar diferentes puntos de vista y no estar de acuerdo con ella. A la vez, buscan más actividades con los papás, porque quieren ser como ellos.
En ese sentido, es aconsejable que las mamás no intenten equivocadamente perpetuar el Edipo en el tiempo, sobre todo en aquellos niños que en forma espontánea todavía no manifiestan una evolución.
Entonces, es importante establecer límites, como, por ejemplo, que el dormitorio de los padres sea efectivamente para ellos, o que los niños respeten los momentos en que ellos quieran estar solos.
Para tener en cuenta
En la educación de los hijos, los padres siempre deben mostrar coherencia, con normas bien definidas, sin “utilizar” a los niños para desautorizar al otro con la excusa de que son más regalones.
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