Mitos sobre la lactancia
Tendré una cesárea programada. ¿Me costará más que baje la leche?
No necesariamente. Lo importante es poner al niño al pecho inmediatamente después del parto (acople primario), para estimular la bajada de la leche.
¿Cuál es la posición más adecuada?
La posición más adecuada es la que haga sentir más cómoda a cada madre. Algunos médicos recomiendan reclinarse en un sillón y, con la ayuda de un cojín de lactancia, poner al niño sobre el centro del pecho para que de forma instintiva éste lo busque y realice un acople espontáneo (muy práctico cuando hay problemas de acople). La posición recostada también sirve, sobre todo en las papas de noche.
Hay que evitar todas aquellas que impliquen realizar fuerza con los brazos, porque al producirse cansancio en éstos se va afectando el acople de la guagua al pecho, con todas las consecuencias que eso implica.
En mi familia ninguna mujer ha sido muy "lechera". Creo que estoy condenada a no tener una buena lactancia.
La capacidad de dar leche no es algo que se herede. Cada mujer vive su lactancia en forma particular.
¿Y si no quiere de mi leche?
Lo ideal es que cuando se produzca el parto, se acerque al niño al pecho materno para que instintivamente trate de mamar. No todos logran hacerlo de inmediato, pero, de todas formas, esto favorece el apego y es parte importante del proceso de inicio de la lactancia. Si el niño no parece demasiado "interesado" en tomar leche durante las primeras horas después del nacimiento, no hay nada de qué preocuparse. Sólo se necesita un poco de paciencia y respetar los tiempos de cada uno. Hay que tener en cuenta que la capacidad que tienen los niños en su estómago en un principio es similar a la de un dedal, por lo que aun tomando pequeñas cantidades pueden quedar satisfechos.
¿Es normal que me duelan los pechos?
A excepción de los primeros días, no es normal que duelan los pechos. Si hay congestión puede intentarse extraer un poco de leche para producir sensación de alivio (no vaciarlos completamente porque eso estimula aún más la producción). Si hay dolor en el pezón, lo más probable es que la succión no esté siendo la correcta por un mal acople (la posición es correcta cuando toda la aureola queda dentro de la boca de la guagua). Un dato: si los pezones están agrietados, pruebe poniendo unas gotitas de su leche sobre ellos después de cada papa y deje secar al aire. También con cremas con lanolina, especialmente fabricadas para este fin.
¿Cómo ordeno los horarios?
Durante las primeras semanas es posible que los recién nacidos quieran tomar entre ocho y doce veces por día. Pero sobre todo en una primera etapa es frecuente que tomen durante un rato, dormiten un poco y luego quieran volver a tomar. Esto es absolutamente normal y contribuye alcanzar un equilibro entre la oferta y la demanda. En todo caso, es importante considerar que no siempre cuando una guagua llora está con hambre, puede tratarse también de que esté con sueño, frío, calor, incomodidad, etcétera, por lo que sólo cuando se descarten esas posibilidades y se observe que el niño efectivamente está buscando el pecho, se le debe ofrecer a tomar. A eso se refiere en realidad el concepto de libre demanda, donde puede haber una irregularidad en los patrones de las tomas al principio, que ya en la segunda semana comienza a regularizarse. Poco a poco se irá alcanzando un ritmo óptimo, que permitirá tanto a la madre como a su hijo disfrutar de esta experiencia.
¿Por qué mi leche es tan aguada?
Durante las dos semanas posteriores al nacimiento, la cantidad y consistencia de la leche materna va cambiando. Así, mientras la cantidad de anticuerpo, vitaminas y proteínas disminuye, el contenido de azúcares y grasa aumenta. De esa forma, hacia el décimo día, la denominada leche de transición se convierte en una leche madura.
El que la leche tenga un aspecto de clara y "aguada" no tiene ninguna importancia, ya que de igual manera contiene todos los nutrientes necesarios para el desarrollo del niño y se adapta constantemente a sus nuevos requerimientos.
¿Cómo saber si toma lo suficiente?
El único indicador objetivo para saber si su hijo está tomando suficiente leche es observar su curva de aumento de peso. Ni siquiera la extracción con una saca leche contribuye a determinar con certeza la cantidad de leche que está produciendo la madre, ya que el hecho de ponerse un niño al pecho hace que se gatillen una serie de mecanismos que estimulan la salida de la leche, que probablemente no se dan en otras circunstancias.
No siento los pechos tensos. ¿Estaré con menos leche?
Tras uno o dos meses de lactancia, es probable que los pechos se vuelvan más blandos e incluso reduzcan su tamaño. Esto en ningún caso es indicativo de que la madre tenga más o menos producción de leche.
¿Es cierto que dando papa no se puede comer casi nada?
No. El estar en período de lactancia no implica un cambio o restricción especial en la alimentación. Probablemente sí puede dar un poco más de hambre en un comienzo, para lo cual son recomendables colaciones saludables entre las comidas, como frutas o yogurt light.
Sólo en el caso de que un niño reaccione con incomodidad a ciertos alimentos -en general los flatulentos, preparados con aliño y/o que tienen un sabor más bien fuerte- es recomendable suspenderlos por un tiempo. En caso contrario no es necesario. Sí es importante consumir entre dos y tres litros de agua diario.
¿Por qué de repente empezó a despertarse en la noche, si antes pasaba de largo?
En ciertas etapas, la guagua puede comenzar a pedir papa más seguido y parecerá como que se está desordenando. Estos períodos de mayor demanda se denominan "crisis de la lactancia" y se relacionan con fases donde el niño está creciendo a una velocidad más acelerada (estirón). Con este aumento de la demanda se logra un nuevo equilibrio con la oferta, por lo que al cabo de unos días la situación debiera normalizarse. Y los momentos clásicos para los estirones son entre el día, la cuarta y sexta semana, y el tercer y cuarto mes (aunque en las guaguas puede haber variaciones).
Se me cae mucho el pelo, ¿tiene que ver con la lactancia?
La caída del pelo es normal y no tiene nada que ver con la lactancia, sino con los efectos del embarazo sobre el sistema hormonal, donde el ciclo de vida del pelo se prolonga y hace que se caiga menos. Así, después del parto vuelven a cambiarse los parámetros hormonales y comienza a caerse el pelo que antes no lo hizo.
Si me enfermo yo ¿puedo seguir dando papa?
Aun cuando la madre esté cursando un cuadro infeccioso -ya sea un resfrío o un problema gastrointestinal, por ejemplo- nunca se justifica suspender la lactancia materna. De hecho, la misma leche permitirá traspasarle los anticuerpos al niño. Lo que se recomienda es evitar la transmisión respiratoria, a través del uso de mascarillas y, además, aumentar la frecuencia de lavados de mano.
Dicen que la lactancia y la vuelta al trabajo es una fórmula difícil...
Volver al trabajo no debe ser una razón para abandonar la lactancia. Con un poco de panificación es posible combinarlas bien, incluso cuando se trabaja en jornada completa. ¿Una recomendación? Empezar a juntar leche entre dos semanas y un mes antes, para contar con un stock que facilite el proceso de cambio en la rutina.
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