Viajar embarazada
Al planificar las vacaciones es conveniente no distanciar mucho los controles con el ginecólogo, especialmente durante el último trimestre de gestación, cuando deben ser más seguidos.
También, al salir de la rutina diaria, se debe tratar de mantener una actividad física normal de bajo impacto y no traumática, para evitar así cualquier tipo de complicación. Esto, porque en vacaciones uno suele realizar más actividad que en el resto del año, pero hay que tener cuidado de que ésta no sea excesiva ni de riesgo para la guagua.
Recomendaciones:
• Los viajes en automóvil no deben ser muy largos. Un máximo de 5 a 6 horas y con paradas frecuentes para que la embarazada camine, ya que estar sentada durante varias horas provoca congestión de la pelvis.
• Evita caminos sin pavimentar y en mal estado. Si no existe otra alternativa, modera la velocidad.
• No manejes por largos trechos, en especial de noche, con lluvia o por vías congestionadas.
• Utiliza cinturón de seguridad correctamente.
• Si vas a viajar en avión, es importante que conozcas las restricciones que las líneas aéreas tienen para embarazadas.
• Evita el control radiológico precio al embarque.
• Escoge un asiento del pasillo. Te será más fácil salir y podrás estirar las piernas.
• Cuidado con las termas, ya que están a una temperatura muy alta en comparación con la del cuerpo, lo que no es recomendable para la embarazada.
• Lleva un botiquín de embarazo, es decir, con medicamentos para el dolor de cabeza, antiespasmódico o antigripal.
• Antes de efectuar cualquier viaje, consúltalo con tu médico.
Si estás de vacaciones, ojo con estos signos. Es mejor que consultes con tu médico si presentas:
• Contracciones uterinas frecuentes y/o dolorosas. En caso de no sentir dolor, pero tu vientre se pone duro, es un claro signo de contracción uterina. Si tu embarazo es de pocas semanas, las molestias son parecidas a la menstruación.
• Sangramiento vaginal.
• Pérdida de flujo vaginal mayor que lo habitual.
• Traumatismos que puedan repercutir en el embarazo o que impacten directamente el abdomen.
• Cefaleas prolongadas.
• Náuseas y/o vómitos persistentes.
• Ingesta de un fármaco contraindicado por error.
• Insolación y/o deshidratación.
• Fiebre alta, dolores musculares, sensación de estado gripal severo.
También debes tener presente que la protección solar es muy importante, ya que durante el embarazo hay una hiperpigmentación de la piel en ciertas zonas, lo cual puede verse agravado por efecto del sol e incluso no desaparecer después del parto.
Por otro lado, también te debes cuidar de la listeria, evitando los quesos blandos y cualquier tipo de carne cruda, ya sea vacuno, pescado o mariscos, ya que pueden estar contaminados por la manipulación, o por contigüedad con alimentos que porten la listeria. También es necesario desinfectar bien las verduras que se consumen crudas, guardar la comida refrigerada en recipientes cerrados y limpiar el refrigerador con una solución clorada una vez a la semana, ya que es una bacteria que puede reproducirse en el frío.
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