Prevención de la sordera
Detectar a tiempo un problema de audición permite prevenir retrasos en el lenguaje y desarrollo cognitivo de los niños. Es por esto que se recomienda el examen screening auditivo neonatal.
Se estima que en nuestro país uno de cada mil niños nace sordo, lo cual constituye la primera causa de discapacidad física en la población. De ahí que su detección precoz sea imperativa, ya que sólo así puede efectuarse un adecuado tratamiento (trasplante coclear) para prevenir retrasos en el lenguaje y desarrollo cognitivo.
Tomando ello en consideración, todos los niños que nacen en Clínica Las Condes son sometidos a un screening auditivo neonatal, procedimiento que permite detectar a tiempo cualquier anomalía en la función auditiva. Es que, además de los problemas congénitos o hereditarios, existen otros factores que pueden detonar un trastorno en la audición, entre ellos, infecciones perinatales (durante el embarazo), bajo peso al nacer, nacimiento prematuro y haber atravesado por una condición de salud que haya requerido atención UTI en los primeros meses de vida.
Tratamiento
La detección de la hipoacusia, mediante el screening al recién nacido, es un examen sencillo que consiste en colocar un auricular en la oreja del niño cuando este se encuentra relajado o dormido. Es un examen no invasivo, ya que el aparato de medición registra en forma automática si el sonido que ha llegado al oído del recién nacido se oye correctamente. Si los resultados son desfavorables, este examen se debe repetir al mes de vida.
Ahora bien, cuando el examen indica que efectivamente existe un problema en la audición, se debe realizar un estudio más profundo que permita planificar el tratamiento a seguir. En los niños que son diagnosticados con hipoacusia permanente desde el nacimiento y dependiendo de qué tan profunda es esta, la mayoría de estos niños pueden verse beneficiados con el uso de audífonos, pero en aquellos que tienen una sordera más profunda la alternativa más aconsejable es la utilización de implantes cocleares.
Cabe señalar que también es posible que los niños desarrollen sordera después del nacimiento, por causas que pueden ir desde infecciones (meningitis) a golpes en la cabeza y defectos congénitos que estaban presentes, pero que no se habían manifestado antes.
Si observas que la conducta de tu hijo responde a una o más de las siguientes alternativas, consulta cuanto antes con un otorrinolaringólogo:
RECIÉN NACIDO (hasta los 6 meses)
• No se asusta, mueve, grita ni reacciona ante ruidos intensos inesperados.
• No despierta con los ruidos intensos.
• No imita libremente los sonidos.
• No vuelve la cabeza en la dirección de la voz.
LACTANCTE (6 a 12 meses)
• No señala a personas u objetos familiares cuando se le pide.
• No balbucea o el balbuceo se detuvo.
• A los 12 meses no entiende frases simples con solo oírlas, tales como “diga adiós”.
NIÑO PEQUEÑO (13 meses a 2 años de vida)
• No está alerta a los sonidos ambientales.
• No responde al sonido, ni localiza desde dónde viene el sonido.
• No usa sonidos o palabras como otros niños de su edad.
• No escucha la televisión a un volumen normal.
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