¡A mover el esqueleto!
El tratamiento de la diabetes mellitus tiene varios pilares y uno de ellos es el ejercicio: Así de claro y fundamental para llevar una mejor calidad de vida.
¿Te gusta bailar? ¿Hace tiempo que no caminas? ¿Tu bicicleta se está oxidando en el jardín? ¿Recuerdas cuánto te gustaba nadar? Si tiene diabetes, no lo pienses más y deja las excusas de lado. Está comprobado que tan sólo 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico producen un gran beneficio para su salud, siempre y cuando éste sea continuo y de una intensidad vigorosa.
El aumento de diabetes en nuestro país y en el mundo se relaciona fundamentalmente con los cambios en el estilo de vida de la población, donde el sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo han ido creciendo en los últimos años.
Pero ¿por qué es tan importante que los diabéticos se ejerciten? La respuesta es simple: la actividad aeróbica ayuda al control de la glicemia y los ejercicios de resistencia (como las pesas) permiten que el azúcar se metabolice en las células disminuyendo la resistencia que se da a la insulina.
“No hay duda que el ejercicio es un factor clave en el tratamiento de la diabetes mellitus. Éste puede incrementar la sensibilidad a la insulina y, junto con la dieta, reducir el peso corporal en los pacientes obesos y mantener esa baja”, señala la diabetóloga de adultos de Clínica Las Condes, Carmen Gloria Bezanilla. “Constituye, junto con la dieta y la terapia farmacológica, un pilar fundamental dentro de la estrategia para mejorar el control de la glicemia y restringir los factores de riesgo cardiovascular. En consecuencia, el ejercicio ayuda a manejar la glicemia como resultado de la disminución de la resistencia a la insulina”.
Por otra parte, se ha demostrado que el ejercicio regular beneficia las anomalías lipídicas y reduce la presión arterial. Cuando se utiliza en combinación con cambios dietéticos (especialmente con restricción de calorías), el ejercicio promueve la pérdida de tejido adiposo y preserva la masa corporal magra.
Un, dos, tres…
Preparar a un diabético para que comience a hacer ejercicio es tan importante como el ejercicio en sí. A todos los pacientes diabéticos hay que evaluarlos y estimularlos para que se ejerciten en forma regular.
Una recomendación es que su programa de ejercicios incluya períodos de calentamiento y enfriamiento. Un calentamiento debe consistir en 5 a 10 minutos de actividad aeróbica (caminar, pedalear, etc.) a niveles de intensidad bajos. “La sesión de calentamiento es para preparar los músculos, el corazón y los pulmones para un aumento progresivo de la intensidad del ejercicio.
Luego de un breve ejercicio, los músculos deben estirarse gentilmente durante otros 5 a 10 minutos y después de la sesión activa, el enfriamiento debe estructurarse de manera similar al calentamiento. El enfriamiento debe reducir la frecuencia cardíaca gradualmente hasta los niveles previos al ejercicio”, concluye la doctora.
Ejercicio y diabetes, algunas recomendaciones
- El ejercicio aeróbico es recomendable en la medida que se tome precaución en todas las actividades que involucren los pies.
- El uso de zapatillas adecuadas es esencial en un diabético y más aún en aquellos con neuropatía periférica.
- Antes y después de ejercitarse, los diabéticos deben revisar cuidadosamente la presencia de ampollas y otros posibles daños en sus pies.
- Si asisten a un gimnasio o centro comunitario para realizar ejercicios, es bueno que lleven un brazalete o etiqueta –en algún lugar visible– que indique que son diabéticos.
- La hidratación es muy importante antes y después del ejercicio. La deshidratación puede afectar negativamente la glicemia y el funcionamiento cardíaco.
- Los programas de entrenamiento con pesos livianos y varias repeticiones se pueden usar para mantener la fuerza del tren superior en casi todos los pacientes con diabetes.
- Los diabéticos siempre deben consultar con su médico tratante antes de iniciar cualquier programa de ejercicios. El especialista le indicará si existe alguna contraindicación para algún tipo de actividad.