Hipertensión: no es juego de niños

Con el Centro de Hipertensión Arterial del Niño y Adolescente, Clínica Las Condes busca abordar en forma integral a los pacientes pediátricos que sufren esta condición, de manera de diagnosticarla a tiempo y brindar un tratamiento oportuno para evitar posteriores secuelas.


“Debido a un tema escolar específico llevé a mi hijo Francisco (12 años) a un control neurológico con la neuróloga de Clínica Las Condes, doctora Eliana Rodillo. Ella, en la primera consulta, lo midió, lo pesó y tomó su presión arterial, e inmediatamente se dio cuenta que él estaba con la presión muy alta por lo que me recomendó ir cuanto antes adonde el doctor Carlos Saieh, pediatra y nefrólogo infantil de Clínica Las Condes.

La verdad es que yo le agradezco hasta el día de hoy lo asertiva que fue, porque cuando le hicieron los estudios de rigor, efectivamente mi hijo padecía hipertensión arterial, probablemente esencial (no tiene causa conocida), y de no haberlo advertido a tiempo podría haber sufrido distintas complicaciones en sus órganos. Actualmente él recibe tratamiento farmacológico y sus niveles de presión arterial están bien controlados. Nosotros tenemos tres niños más, y afortunadamente ninguno presenta la misma condición. Aún así, como familia hemos tomado una actitud más consciente de lo que comemos, diminuyendo en forma considerable el consumo de sal y de comida chatarra. Francisco conoce su condición de salud y está en una edad donde ya sabe regularse solo, evitando los alimentos que tiene restringidos. Además, es muy deportista y eso ha sido también fundamental para mantener sus niveles de presión a raya.

Agradezco la forma en que Clínica Las Condes ha abordado a nuestro hijo… nosotros somos pacientes nuevos en CLC y la verdad es que en todo momento han sido muy profesionales y abiertos a responder nuestras dudas, con un equipo de especialistas que aborda a los niños en forma seria pero a la vez muy cercana”, cuenta Pamela, su madre.

Casos como el hallazgo de Francisco son más habituales de lo que uno cree, explica el doctor Carlos Saieh. Y es que la hipertensión infantil es una enfermedad subdiagnosticada en nuestro país y el mundo entero, principalmente por dos razones: porque en una etapa inicial no da síntomas (al igual que en los adultos, donde se denomina el “asesino silencioso”) y porque a los niños se les controla muy poco la presión arterial.

¿Por qué preocuparse?

Enfermedades renales, estrechez de la arteria aorta o renal, problemas glandulares y más raramente tumores, son algunas de las causas que pueden gatillar hipertensión en los niños, lo que a juicio del doctor Saieh, siempre es importante de determinar. “En los adultos, la causa generalmente es desconocida; en los menores en cambio, siempre hay que estudiarla, porque en alrededor de 80% de los casos va a ser posible encontrar su origen. Ello permite tomar medidas a tiempo que a futuro prevengan complicaciones como infarto cardíaco, trombosis cerebral o insuficiencia renal. La hipertensión es una condición crónica, pero la batalla no está perdida”.

Este complicado escenario para la salud de los niños llevó a Clínica Las Condes a crear el primer Centro de Hipertensión Arterial del Niño y Adolescente en nuestro país, con el objeto de prevenir, estudiar, investigar y brindar tratamiento a esta patología y sus factores de riesgo asociados.

“La obesidad es cada vez más frecuente en la niñez y adolescencia, los niños se alimentan mal, hacen poco deporte y pasan la mayor parte de la tarde sentados frente a una pantalla. Todo eso condiciona una mayor probabilidad de desarrollar este trastorno, por lo que, como clínica, nos propusimos formar este centro para educar a la población respecto de cómo llevar una vida saludable, y abordar a los pacientes que lo requieran para efectuar un diagnóstico y tratamiento oportuno, a cargo de un equipo multidisciplinario de especialistas”, agrega el doctor Saieh.

A combatirla…

  • Factores ambientales: Si bien no es posible modificar el factor genético involucrado, sí pueden modularse los factores ambientales. Esto es, con un estilo de vida saludable, que incluya la práctica de ejercicio en forma regular y una alimentación balanceada (ver recuadro).
  • Evitar medicamentos: Especialmente en el caso de una hipertensión leve, llevar una vida sana y seguir al pie de la letra las indicaciones permite muchas veces evitar el uso de medicamentos, lo que es muy trascendente en el caso de los niños y su calidad de vida.
  • Para siempre: Hay que tener presente que no existe una normalización espontánea. Nunca se debe pensar que a un niño “se le va a pasar” la hipertensión. Muy por el contrario, se trata de una condición que de no tratarse adecuadamente, siempre empeora.

Bombas de sodio

Una ingesta aumentada de sodio en la dieta se ha relacionado con una mayor incidencia de hipertensión. Conviene saber que la mayor parte del sodio que consumimos (alrededor de 70%) lo aportan los alimentos elaborados industrialmente y las comidas de restoranes. Sólo el 12% proviene de los alimentos naturales, 6% se agrega en la mesa y otro 5% durante la preparación.

Alimentos con “sodio encubierto”:

  • Platos preparados industrialmente y alimentos precocidos, sopas de sobre.
  • Fiambres, embutidos, patés.
  • Carnes ahumadas y pollo marinado.
  • Pescados y mariscos en conserva o ahumados.
  • Pepinos en vinagre, aceitunas, cebollitas, alcaparras, etc.
  • Quesos, mantequilla.
  • Mayonesa, mostaza, kétchup.
  • Maní, papas fritas, ramitas, pan y galletas.

Prevé trastornos como el sobrepeso y la obesidad en sus niños, para evitar enfermedades tan graves como la hipertensión, diabetes e hipercolesterolemia, entre otras.

  • Acostumbra a tus hijos a tomar un buen desayuno, que incluya leche descremada, pan o cereales integrales y fruta natural.
  • Disminuye frituras, golosinas y bebidas de fantasía.
  • Utiliza mínimas cantidades de azúcar y sal.
  • Siempre incluye verduras en las comidas, y fruta de postre.
  • Incentiva a tus hijos a tomar abundante agua.
  • Conversa con tus hijos respecto de la importancia de una buena alimentación.
  • Promueve la práctica de actividad física aeróbica en forma regular (tres o cuatro veces por semana, por períodos de 30 a 40 minutos).
  • Preocúpate de que tus niños mantengan un peso en rangos normales.
  • Evita que tu hijo adolescente consuma alcohol y que se inicie en el hábito de fumar.
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