Las infecciones de transmisión sexual (ITS), antes conocidas con los nombres de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y enfermedades venéreas, son un conjunto de enfermedades infecciosas agrupadas por tener en común la misma vía de transmisión: de persona a persona a través de las relaciones sexuales.
Los agentes causales de las infecciones de transmisión sexual incluyen bacterias, virus, hongos e incluso parásitos. Según las estadísticas del Minsal, en Chile la más común es la infección por HPV (Virus papiloma humano), seguida por la sífilis y la gonorrea.
Síntomas
A menudo, las ITS no presentan síntomas.
Los síntomas van a depender directamente del agente causal. Dentro de los más frecuentes encontramos:
- Dolor en la región pélvica.
- Úlceras en el área genital, ano, lengua y en la garganta o solamente en esta última.
- Pequeñas vesículas que se convierten en costras en el área genital.
- Infecciones inusuales, fatiga inexplicable, sudores nocturnos y pérdida de peso.
- Verrugas de textura suave y del color de la piel alrededor del área genital.
- Prurito alrededor de la vagina.
- Flujo vaginal en las mujeres.
- Secreción en el pene.
- Dolor durante el coito o al orinar.
Diagnóstico
La única manera de saber con seguridad si alguien está infectado es con un examen médico y pruebas de laboratorio.
A continuación revisaremos algunas de las ITS más frecuentes:
Virus Papiloma Humano (HPV):
En general su infección, no presenta síntomas, pero puede manifestarse como una reacción que va desde una infección asintomática hasta su máxima expresión, el cáncer cervicouterino.
Su diagnóstico puede ser a través del Papanicolau, que proporciona signos indirectos o a través de técnicas de Inmunofluorescencia, que detectan la presencia del HPV.
Infección por Clamidia:
La mayor prevalencia de ésta infección se presenta en adolescentes sexualmente activas. Hasta un 70% es asintomática, pero también se puede manifestar como una vulvovaginitis o cervicitis, presentándose flujo genital anormal, el que puede ser sanguinolento.
Su diagnóstico es mediante un examen de flujo genital en el que se detectan Antígenos a través de técnicas de Inmunofluorescencia o Hibridación Molecular.
Gonorrea:
La infección gonocócica puede cursar frecuentemente en forma asintomática, lo que dificulta el diagnóstico clínico. Cuando es síntomática, produce abundante secreción mucopurulenta, pudiendo presentarse también como un cuadro de dolor abdominal acompañado de fiebre (Pelviperitonitis).
Su tratamiento es con antibióticos, tanto para la paciente como para su pareja.
Sífilis:
Es causada por el Treponema Pallidum. A partir de la década de los ´90 un 60% de los casos corresponde a adolescentes jóvenes entre los 15 – 24 años.
Existen diferentes estadios de la infección, siendo la primera manifestación clínica la aparición de una úlcera indolora en la zona de contagio. En estadios más avanzados puede llegar a comprometer piel, mucosa, huesos, articulaciones, y en estados más avanzados, los sistemas cardiovascular y nervioso.
Recomedaciones
Lo más seguro para evitar el contagio es abstenerse de tener relaciones sexuales o mantener una relación monógama y a largo plazo con una persona sin antecedentes de ITS. El uso del preservativo no deja de ser una línea de defensa fundamental y su uso es indispensable.
Además, es recomendable un control ginecológico una vez al año, o antes en caso de sospecha de alguna infección.