Otra de las patologías que pueden ser consecuencia de disfunción del piso pélvico, son los POP (Prolapsos de los Órganos Pélvicos) que consiste en la caída de las paredes vaginales acompañada de sus órganos vecinos.
La pared vaginal anterior con la vejiga o cistocele, la pared vaginal posterior con el recto o rectocele y la parte alta con el útero o histerocele.
Es un problema muy común que afecta aproximadamente al 45% de la población femenina y es una de las indicaciones más frecuentes de cirugías ginecológicas.
Las pacientes generalmente llegan preguntando por una sensación de peso en la región genital, sensación de bulto o “globito” palpable al hacerse aseo, dificultad en las relaciones sexuales o cierto grado de disfunción defecatoria.
El tratamiento también dependerá en cuánto le afecta su condición en la calidad de vida. En general, si es leve, se hará un tratamiento conservador con rehabilitación pelviperineal kinésico, estrógenos vaginales en la mujer menopáusica e incluso el uso de pesarios en la mujer mayor.
Pero si esto no funciona o la paciente considera que afecta mucho su bienestar, se puede hacer un tratamiento quirúrgico, que en la mayoría de los casos se puede hacer por vía vaginal y consistirá en devolver los órganos prolapsados a su lugar, consiguiendo con ello normalizar el volumen vaginal.
Si a esto está asociada a una IOE, y el estudio urodinámico la recomienda, se pondrá también en el mismo acto, una cinta suburetral, libre de tensión, en el 1/3 medio de la uretra.
En algunos casos en que el descenso es muy severo o cuando la cúpula vaginal, después de una histerectomía, llega hasta el introito, será necesario hacer una intervención por vía abdominal.