Un recién nacido en casa: lo que hay que saber
Cuidar a un recién nacido es un gran desafío. Surgen inseguridades y miedos, más aún en los padres primerizos. La clave para no desesperarse es manejar los conocimientos básicos y adaptarse poco a poco a las necesidades del nuevo integrante de la familia.
En sus primeros 28 días de vida -período en que se denomina a una guagua recién nacido o neonato- un niño experimenta una serie de cambios, propios de su adaptación a la vida extrauterina.
Muchas veces se asemejan a patologías y causan alarma y temor en los padres, pero corresponden a situaciones normales, ya sea por contacto con el medio externo o por funciones naturales que le suceden durante esta etapa. En la mayoría de los casos no es necesario realizar exámenes y desaparecen de manera espontánea, sin tratamiento. Dentro de los fenómenos más comunes destacan:
Regurgitaciones y atoros:
Todo recién nacido tiene algún grado de reflujo. Los pequeños pueden atorarse y votar secreciones, lo que corresponde a un proceso de aprendizaje y coordinación. ¿Qué hacer? En caso de atoro, poner al niño hacia delante y pegar suave en la espalda. Se sugiere no levantarlo de manera brusca ni soplar su cara.
Los vómitos y regurgitaciones son normales y en forma ocasional, incluso pueden ser explosivos y salir por la nariz. Lo anormal es cuando son muy seguidos, el niño llora mucho y como consecuencia puede no subir de peso.
Deposiciones:
Es normal que un recién nacido tenga tres a siete deposiciones por día, pero también puede pasar uno o dos días sin hacer.
Durante el primer día de vida éstas son negras, color acelga el segundo y amarillas el tercero. A partir de entonces son iguales a la diarrea; explosiva, ruidosa, mucosa, líquida y ácida. Así también es normal que haya cambios de color, amarillento o verdoso. Se considera anormal cuando las deposiciones son duras o presentan sangre.
Disminución del peso:
Los recién nacidos bajan de peso, porque en los primeros tres días se deshinchan y eliminan meconio. Por lo general, bajan de 200 a 300 gramos, lo que no supera el 10 por ciento de su peso de nacimiento y lo recuperan entre los 10 y 14 días siguientes.
Síntomas respiratorios:
Es frecuente que se produzca una reacción en la nariz. Esto genera secreción nasal, que al igual que los estornudos, son normales y no significa que el niño esté resfriado. Esta reacción puede repetirse dentro de la primera semana. La respiración normal de un recién nacido es irregular, con aceleración, desaceleración y pausas cortas (de menos de 10 segundos).
Reflejos habituales:
Los tiritones, saltitos y muecas son reflejos normales. No es por frío ni por dolor.
Posición al dormir:
Un recién nacido debe dormir en un colchón plano, con la cabecera inclinada (entre 30 y 35 grados), de lado y sin almohada.
Cuidados básicos
- Ambiente y temperatura: Lo ideal es mantener un ambiente entre 18 y 21ºC.Es normal que los recién nacidos tengan las manos, pies, orejas y nariz heladas, ya que es la forma como eliminan el calor. Se recomienda no abrigarlos en exceso. A la hora de dormir, lo mejor es un pijama de algodón, sábana, una frazada y colcha. Evitar los pijamas térmicos.
- Cordón umbilical y ombligo: El cordón umbilical es una gelatina inerte, no duele. El aseo debe ser con alcohol puro tres a cuatro veces al día. Ideal mantenerlo seco. Días previos a la caída puede presentarse un leve sangramiento en la zona. El cordón se caerá entre la segunda y tercera semana después del parto. Se recomienda bañar al niño dos días después de caído el cordón.
Señales de alerta
Consulte a su pediatra o al Servicio de Urgencia si su guagua tiene fiebre, vómitos y/o colitis, llanto que no cesa, decaimiento, tos, cianosis (cuerpo de color azulado) o si rechaza el alimento. Es normal que su guagua estornude, que tosa ocasionalmente o que le dé hipo.