El linfoma de Hodgkin, también conocido como enfermedad de Hodgkin, suele aparecer en el sistema linfático (una parte del sistema inmunitario del organismo).
El sistema linfático transporta los glóbulos blancos que combaten las enfermedades por todo el organismo. El tejido que forma el sistema linfático, se encuentra por todo el cuerpo (cuello, axilas, tórax e ingles). Por este motivo, la enfermedad puede aparecer en casi cualquier parte del cuerpo. También puede diseminarse a prácticamente cualquier órgano o tejido, como hígado, médula ósea y bazo.
El linfoma de Hodgkin es un tipo de cáncer muy tratable. Afecta principalmente a adultos jóvenes, de modo que se producen más casos entre los 16 y 34 años.
Las personas de edad más avanzada, especialmente las mayores de 55 años, también pueden presentar un linfoma de Hodgkin. El linfoma de Hodgkin es muy tratable incluso en los pacientes con enfermedad avanzada. La supervivencia es elevada.
Los síntomas habituales del linfoma de Hodgkin son: adenopatías (hinchazón de ganglios linfáticos) indoloras (a menudo, en el cuello o la axila); fiebre o escalofríos; sudores nocturnos; pérdida de peso inexplicada; falta de energía o cansancio; picazón.
La tos y la dificultad respiratoria o las molestias torácicas pueden ser los primeros signos de un linfoma de Hodgkin del tórax. También se puede producir un aumento de tamaño del hígado y el bazo.
La presencia de uno o más de los síntomas citados no implica necesariamente que tenga un linfoma de Hodgkin. Sin embargo, es importante que consulte estos síntomas con su médico, ya que podrían indicar otros problemas de salud.