Muchos tipos diferentes de tumores se originan en la base del cráneo, que es la zona inclinada situada detrás de los ojos y las cavidades nasales que forma el “suelo” o base del cráneo, o se extienden a ella. La médula espinal, numerosos nervios y los principales vasos sanguíneos del cerebro y la cabeza y el cuello atraviesan orificios (agujeros) existentes en la base del cráneo.
No todos los tumores de la base del cráneo son malignos. Sin embargo, incluso los tumores benignos pueden causar síntomas o poner en peligro la salud y el bienestar del paciente.
Debido a su localización y proximidad a otras estructuras vitales, los tumores de la base del cráneo suponen retos singulares para los cirujanos. Los avances recientes en las técnicas diagnósticas y quirúrgicas han hecho más accesible esta región a la cirugía, ofreciendo tratamientos nuevos a estos pacientes.
Los tumores de la base del cráneo pueden clasificarse según su ubicación específica en la cabeza (el foco tumoral) o la estructura celular y las características identificativas del tumor (el tipo tumoral).
Los tumores de la base del cráneo producen pocos síntomas hasta que crecen lo suficiente. Además, estos varían considerablemente según la localización específica y la velocidad de crecimiento de cada tipo de tumor.
Sin embargo, los más comunes son dolor o entumecimiento facial, dolor de cabeza, sinusitis recurrente, parálisis de pares craneales, obstrucción nasal, dificultad respiratoria, ronquera, pérdida de audición, acúfenos (zumbidos en los oídos).
La presencia de uno o más de los síntomas citados no implica necesariamente que tenga un tumor de la base del cráneo. Sin embargo, es importante que consulte estos síntomas con su médico, ya que podrían indicar otros problemas de salud.