Pie plano en el adulto
El pie plano ha sido considerado desde hace mucho tiempo sólo como una deformidad del pie, en general con pérdida del arco plantar, lo que causa una alteración del apoyo. ¿Qué tipos existen?
El pie plano no es una afección tan simple, ya que puede estar causada por una variedad de condiciones congénitas o adquiridas del pie que pueden producir una serie de incapacidades de intensidad variable que muchas veces llegan a ser de un grado bastante severo.
¿Cómo afecta?
El hecho de apoyar con el pie en forma plana, sin arco, con desviación del eje del antepié y del talón y ya sea con inestabilidad o rigidez de las articulaciones del tarso, altera la relación de los huesos del pie y debilita toda la estructura mecánica de la extremidad inferior.
Generalmente, el pie plano flexible del adulto puede presentarse sin necesidad que exista alguna alteración de importancia y no causa molestias, pero actualmente se conoce que hay un grupo importante que corresponde a deformidades congénitas o adquiridas que requieren de una evaluación cuidadosa y tratamiento precoz para evitar un deterioro progresivo de la marcha.
Algunos tipos son:
- El pie plano flexible puede ser asintomático o causar molestias produciendo sensación de cansancio del pie y poca tolerancia al estar de pie o al caminar en exceso. Cuando se presentan estos síntomas, el tratamiento debe ser conservador indicándose ejercicios, calzado adecuado y plantillas.
Si las molestias son severas y rebeldes a estas medidas, en un pequeño grupo de pacientes está indicada la cirugía correctora, que consiste en efectuar cortes en los huesos del pie para corregir la deformidad.
- El pie plano rígido generalmente es doloroso y puede acompañarse además de retracción del tendón de Aquiles. También se trata con plantillas y ejercicios. Si esto falla, se debe recurrir a la cirugía, fijando algunas articulaciones del pie.
Si el pie plano es muy rígido y tenso, puede deberse a una alteración congénita que se manifiesta muchas veces recién de adulto, la que es una fusión de algunos huesos de la parte posterior del pie, lo que da como resultado una pérdida de movilidad y aplanamiento del arco.
- El pie plano que se presenta con la edad o pie plano adquirido, generalmente corresponde a un mal funcionamiento del tendón del Tibial Posterior, que va por la parte de adentro del pie y que ayuda a formar el arco.
Este tendón puede dañarse en forma progresiva o en forma brusca, por ejemplo, al romperse en algún accidente. Inicialmente, debe tratarse en forma conservadora con yeso o plantillas, zapato adecuado y ejercicios. Si esto fracasa, se debe efectuar cirugía que puede ir desde la reparación del tendón dañado hasta fijación de algunos huesos del pie.
También, puede verse pie plano secundario a Artritis Reumatoidea, Artrosis, Alteraciones Neurológicas o por ruptura de la fascia plantar. Cada una de ellas tiene su tratamiento diferente dependiendo de la causa que provoca el problema.
Lo importante en el pie plano es reconocer la causa y mediante una adecuada evaluación y estudio elegir el mejor tratamiento para el paciente. Con esto se podrá determinar si corresponde efectuar un tratamiento quirúrgico, con el fin de mejorar la estructura del pie y darle una mejor condición.