Una molestia al caminar, que puede provocar intensos dolores si es que no se trata adecuadamente y a tiempo, pero por lo general tiene solución, y se puede tratar mediante el calzado ortopédico o cirugía.
El pie plano ha sido considerado desde hace mucho tiempo sólo como una deformidad del pie, pero se caracteriza por una falta de arco longitudinal o de bóveda plantar (justo la alteración contraria que la del cavo). La huella que deja un pie plano es fácil de reconocer porque carece de la curva característica del pie o ésta es menos pronunciada.
Esta afección puede estar causada por una variedad de condiciones congénitas o adquiridas del pie que pueden producir una serie de incapacidades de intensidad variable que muchas veces llegan a ser de un grado bastante severo. Últimamente se han definido con mayor precisión los parámetros para evaluar este tipo de problema y se han establecido protocolos más racionales de tratamiento.
El hecho de apoyar con el pie en forma plana, sin arco, con desviación del eje del antepié y del talón y ya sea con inestabilidad o rigidez de las articulaciones del tarso, altera la relación de los huesos del pie y debilita toda la estructura mecánica de la extremidad inferior.
El pie plano Flexible
Puede ser asintomático o causar molestias produciendo sensación de cansancio del pie y poca tolerancia al estar de pie o al caminar en exceso. Cuando se presentan estos síntomas, el tratamiento debe ser conservador indicándose ejercicios, calzado adecuado y plantillas. Si las molestias son severas y rebeldes a estas medidas, en un pequeño grupo de pacientes está indicada la cirugía correctora, que consiste en efectuar cortes en los huesos del pie para corregir la deformidad.
El pie plano rígido generalmente es doloroso y puede acompañarse además de retracción del tendón de Aquiles. También se trata con plantillas y ejercicios. Si esto falla, se debe recurrir a la cirugía, fijando algunas articulaciones del pie. Si el pie plano es muy rígido y tenso, puede deberse a una alteración congénita que se manifiesta muchas veces recién de adulto, la que es una fusión de algunos huesos de la parte posterior del pie, lo que da como resultado una pérdida de movilidad y aplanamiento del arco.
El pie plano que se presenta con la edad o pie plano adquirido, generalmente corresponde a un mal funcionamiento del tendón del Tibial Posterior, tendón que va por la parte de adentro del pie y que ayuda a formar el arco. Este tendón puede dañarse en forma progresiva o en forma brusca , al romperse en algún accidente. Inicialmente, debe tratarse en forma conservadora con yeso o plantillas, zapato adecuado y ejercicios; pero si todo esto fracasa, se debe efectuar cirugía que puede ir desde la reparación del tendón dañado hasta fijación de algunos huesos del pie.
¿Cómo se puede prevenir?
Es ideal llevar una práctica habitual con ejercicios para optimizar el desarrollo de los pies, como caminar de puntillas, descalzo por terreno irregular o por la playa y agarrar objetos con los dedos de los pies., pues así lo recomiendan los especialistas.
Tratamientos
Lo importante en el pie plano es reconocer la causa y mediante una adecuada evaluación y estudio elegir el mejor tratamiento para el paciente, pues también puede verse pie plano secundario a Artritis Reumatoidea, Artrosis, Alteraciones Neurológicas o por ruptura de la fascia plantar. Cada una de ellas tiene su tratamiento diferente dependiendo de la causa que provoca el problema. Con esto se podrá determinar si corresponde efectuar un tratamiento quirúrgico, con el fin de mejorar la estructura del pie y darle una mejor condición.