Ciclismo: Cómo involucrar a la familia
Comenzar de a poco, con períodos de media hora para que los niños se acostumbren, llevar agua y adecuarse al ritmo del más lento del grupo son algunas de las recomendaciones.
El más lento debe marcar el ritmo del grupo. Ese es una de las primeras cosas que se debe tener en cuenta cuando es un grupo familiar el que sale a andar en bicicleta. Aunque, claro, esa recomendación suena irremontable si el más lento tiene 5 años y pareciera que por más que pedalea queda en el mismo lugar. Ahí sólo queda tener paciencia y refugiarse en la conocida frase “la práctica hace al maestro”.
Porque por más lento que sea el más lento, incluir a la familia en el ciclismo semanal o de fin de semana sólo trae beneficios al grupo y a cada uno de los que lo componen. “El ciclismo es un deporte que tiene muchas ventajas, desde el punto de vista físico mejora el rendimiento cardiovascular, es un deporte de bajo impacto, es más noble y menos agresivo para las extremidades inferiores”, dice el doctor Max Ekdahl, traumatólogo de Clínica Las Condes.
Eso, sin contar los beneficios directos para los niños. En el marco de la investigación danesa “Misa Experiment 2012”, que se propuso examinar la relación entre la dieta, el ejercicio y el poder de concentración, los investigadores aplicaron una encuesta a casi 20.000 escolares, de entre 5-19 años, en la que se les preguntó sus hábitos de ejercicios y se les aplicó una prueba sencilla de concentración que consistió en armar un rompecabezas en forma de una cara.
Luego de analizar los datos, el estudio concluyó que los niños que llegaron al colegio en auto o transporte público puntuaron más bajo en la prueba que los que habían hecho el viaje en bicicleta o caminando.
De esta forma, lo que queda es salir en familia a andar en bicicleta, ¿no? Pero para hacerlo bien, es necesario seguir ciertas pautas que ayudarán a que todos los integrantes comiencen con este ejercicio de la mejor forma y estén contentos, incluso el de 5 años con su eterno pedaleo que no avanza. Acá las recomendaciones del especialista:
Elije bien: “Desde el punto de vista familiar es más fácil iniciarse en el ciclismo de montaña, el de ruta es más exigente, se hace en carreteras o rutas que pueden ser más riesgosas. Como consejo, el ciclismo de montaña es más amigable para partir iniciándose en familia (dependiendo de la ruta que uno haga, hay circuitos con poca pendiente y con bonita naturaleza)”.
Desde muy niños: “Hoy existen bicicletas sin pedales para niños de 2 o 3 años. Desde que un niño ya está caminando se puede subir a las bicicletas de madera sin pedales, que los ayuda a mantener el equilibrio y a partir de ahí pueden empezar a subirse a bicicletas con ruedas auxiliares y después empezara a aumentar el nivel”.
Todo depende de cada quien: “Depende de la resistencia de cada niño, pero, en general, en cualquier deporte hay que comenzar dosificando con períodos de tiempo cortos: media hora con baja exigencia, porque eso evita la fatiga y los entusiasma a seguir con el deporte, lo contrario les genera rechazo y terminan buscando excusas para no ir. Hay que partir con 20 minutos o media hora y después ir aumentando a una hora, dependiendo de las destrezas de cada uno. Después de un par de meses y si hay cierta regularidad (dos o tres veces a la semana, dentro de lo que se pueda), se va aumentando”.
Al ritmo del más lento: El que está con mayor nivel en la familia tiene que ir adecuándose a los niveles más inferiores y acompañando al resto: todos tiene n niveles de destrezas y de resistencia diferentes, pero familiarmente es muy entretenido armar paseos e ir acompañando a los más chicos y ver cómo progresan. Un lugar que sirve para entrenar y para partir subiendo es el cerro San Cristóbal, los fines de semana (a pesar de que tiene mucha gente y aún no se ha logrado cerrarlo para el tráfico vehicular) hay mucha vigilancia y permite iniciar a los niños en pendiente.