Si bien cualquier complicación durante el embarazo es preocupante, hay buenas noticias: la diabetes gestacional se puede controlar con alimentación saludable, ejercicio y sólo si es necesario, con medicamentos.
La dismenorrea, palabra que procede del griego antiguo y que significa menstruación dolorosa, se puede definir como el dolor abdominal y/o pélvico intenso que aparece antes de la menstruación o coincidiendo con ésta. Se estima que entre 25 y 60% de las mujeres la padecen y que entre 1 y 15% de los casos presentan más intensidad. Hay que considerarla un trastorno de cierta relevancia, ya que es una causa importante de ausentismo laboral, automedicación y de consulta.
Su etiología se relaciona con la producción y liberación de prostaglandinas uterinas (responsables del aumento del tono muscular y la disminución del flujo sanguíneo a nivel uterino) durante las primeras 48 horas de la menstruación. Se clasifica en primaria y secundaria. Es primaria cuando ocurre sin que exista enfermedad pélvica que pueda explicarla. Se presenta como un dolor agudo o espasmódico en la zona baja del abdomen, empieza entre 24 y 48 horas antes del inicio de la menstruación y desaparece gradualmente al final del primer día. Suele producirse en mujeres de entre 17 y 25 años y es poco habitual en edades posteriores o tras haber tenido hijos. La dismenorrea secundaria se asocia a enfermedad pélvica orgánica. El dolor es más continuo y pesado, suele aparecer una semana antes de la menstruación, pudiendo aliviarse o empeorar durante la misma, o incluso persistir durante todo el ciclo. Se presenta con mayor frecuencia en mujeres mayores de 30 años y, especialmente, en las que han tenido hijos. La causa más frecuente es la endometriosis, trastorno en el cual un tejido similar al tejido menstrual se implanta en la pelvis y abdomen, lo que provoca sangrado interno y dolor pélvico cíclico, concomitante con la enstruación.
También destacan la enfermedad pélvica inflamatoria, los miomas, quistes ováricos, adherencias, pólipos uterinos, malformaciones uterinas, estenosis cervical y enfermedades no ginecológicas tipo gastrointestinales y urinarias.
¿Tienen otras manifestaciones asociadas?
La dismenorrea puede presentarse no sólo como dolor aislado, sino como un conjunto de síntomas que engloban otros problemas, como náuseas y vómitos (89%), fatiga (85%), diarrea (60%), dolor de cabeza (45%), mareo, dolor de piernas, ansiedad, irritabilidad, depresión e hinchazón. Estas manifestaciones pueden llegar a representar un deterioro del estado físico y psíquico en las mujeres que las sufren de forma periódica.
¿Son síntoma de patologías más serias?
En los casos en que los dolores se manifiesten desde la primera menstruación o no responden a antiinflamatorios o tratamientos médicos, se debe descartar que sean secundarios a alguna enfermedad del tracto reproductivo, como la endometriosis y las otras patologías antes mencionadas.
Ante cualquier molestia es recomendable consultar a un especialista. Sólo se puede estar seguro del diagnóstico cuando se descartan otros trastornos menstruales o cuadros clínicos que podrían estar causando o agravando la patología.
¿Existen tratamientos para aminorarlos?
El tratamiento puede incluir medicamentos y técnicas para aliviar el dolor y disminuir restricciones en la vida diaria. Si se identifica su causa, el tratamiento se concentrará en eliminarla o reducirla; en algunos casos es posible que se requiera cirugía. Entre los tratamientos médicos se demostró que los antiinflamatorios no esteroidales (AINEs) reducen el dolor de severo a moderado en 80 a 90% de los casos; la pérdida de sangre en 20 a 30% y la contractibilidad uterina. También son efectivos los anticonceptivos orales combinados. Al inhibir la ovulación, reducen también el dolor asociado, adelgazan el endometrio, disminuyen la producción de prostaglandinas y el sangramiento menstrual.
¿Hay hábitos que ayuden a disminuirlos?
Se recomienda la práctica de ejercicio físico, ya que produce liberación de endorfinas naturales que suprimen la liberación de prostaglandinas; dejar de fumar, porque se ha asociado a un incremento en la cantidad y duración del sangramiento menstrual; terapias dietéticas a base de vegetales y bajas en grasa; suplemento de vitamina B1 y vitamina E en distintas medidas y períodos; calor tópico, como un baño tibio o una almohadilla térmica en el abdomen, y técnicas de acupuntura y acupresión, que son eficaces como alternativa a la terapia farmacológica o combinada con ésta.
¿Cualquier tipo deanalgésico sirve?
Dentro del grupo de AINEs (antiinflamatorios no esteroidales) no existen suficientes estudios que evalúen la superioridad en cuanto a eficacia y seguridad dentro del grupo. Los analgésicos simples como el paracetamol pueden aliviar el dolor a corto plazo pero no son superiores a los AINEs. Aunque siempre deben ser recetados por un especialista tras un diagnóstico certero.