Audiometría
Fácil y rápido, este examen determina en pocos minutos el nivel de audición de nuestros hijos. Revisa en qué consiste y cómo puedes solicitarlo en Las Condes y en el Centro Médico Integral de Chicureo.
Si tu hijo ve televisión a todo volumen; si lo tildan de desordenado o distraído porque no acude ante un primer llamado; si te das cuenta que tiene un vocabulario más reducido que el resto de sus amigos; si has notado que tiene un lenguaje algo retrasado y que su pronunciación no es nada buena, preocúpate.
Este simple ejercicio es clave a la hora de pesquisar una pérdida auditiva (hipoacusia) y puede convertirse en un hallazgo fundamental para el desarrollo posterior del niño. Hay que tener claro que si una pérdida de audición se detecta a tiempo, se evita una gran cantidad de dificultades.
A todos los niños que nacen en Clínica Las Condes se les hace un screening auditivo neonatal, procedimiento que permite detectar -desde ese momento- cualquier anomalía auditiva. “Esto es ideal ya que si bien los recién nacidos que vienen con un problema auditivo congénito o hereditario son lo menos, hay otras causas que lo pueden detonar. Entre éstas están las infecciones perinatales (durante el embarazo), el bajo peso al nacer, el ser prematuro y los menores que han estado en la UTI. Todos los niños con alguna de estas características están bajo sospecha. Y si hay sospecha, hay que evaluar”, señalan los especialistas.
Además, cabe destacar que algunos colegios exigen junto con el examen de admisión, una evaluación auditiva y una evaluación visual. Por eso, el Centro Médico Integral de Chicureo se sumó a esta iniciativa a través de una evaluación auditiva consistente en un examen otorrinolaringológico y una audiometría.
Otros factores
En los preescolares y escolares son otros los factores que también pueden influir en una baja audición: otitis mucosas, alergias, adenoides y sinusitis. Estos males favorecen la acumulación de líquido en el oído lo que, naturalmente, baja el nivel de audición. “Cuando se tapa el drenaje, el líquido no sale y se pone espeso. Ante esto hay que comenzar con un tratamiento que puede incorporar un antialérgico, un mucolítico o antibióticos. Si esto no es exitoso, se puede plantear un tratamiento quirúrgico que, “puede” incluir junto a las colleras, una operación de amígdalas y/o adenoides. Sobre todo en caso de niños respiradores bucales o roncadores”, comentan los especialistas.
¿Qué es una audiometría?
La audiometría mide las pérdidas auditivas y determina la magnitud de éstas en relación con las vibraciones acústicas. En otras palabras, es una prueba que permite una valoración bastante precisa de la audición, siendo vital para determinar si una persona oye bien o no. “La audiometría es bastante precisa si el paciente colabora. Si es muy pequeño, no sigue las instrucciones o tiene algún grado de retardo, no va a ser útil. Lo mismo ocurre si la persona trata de obtener algún beneficio de su pérdida auditiva, aquellos que simulan una pérdida que en realidad no tienen”, explican los especialistas.
En la audiometría se realizan dos mediciones, una es la capacidad de detectar los sonidos a través del aire (conocida como vía aérea) y otra, a través de los huesos de la cabeza (la vía ósea).
Para realizar este examen, el paciente debe entrar dentro de una cabina perfectamente insonorizada, sentarse cómodamente y ponerse unos auriculares. A continuación, se le van presentando una serie de sonidos de mayor a menor volumen, ante los cuales debe hacer una señal cada vez que los oye. La última intensidad reconocida determinará el umbral de audición para esa frecuencia en concreto. Esta misma tarea se repetirá con sonidos de otras frecuencias. De esta manera se habrá investigado la vía aérea.
La determinación de la ósea se realiza de igual forma pero, en vez de presentar el sonido a través de un auricular, se hace a través de un vibrador que se coloca detrás de la oreja. La duración habitual de una audiometría realizada por personal especializado es de alrededor de unos veinte minutos.
La audiometría permite determinar:
1. El umbral auditivo, es decir, la intensidad mínima de sonido que es capaz de percibir la persona. Se conoce como audiometría tonal o audiometría tonal pura.
2. La capacidad de comprender la palabra, mediante la repetición de una lista de 20 palabras, expresada en porcentaje de aciertos a un volumen determinado. Esta es conocida como audiometría verbal y permite confirmar la indemnidad del sistema auditivo a nivel de oído y central.